En la Cápsula al vacío ya no existe el silencio.
Los ojos cierran las puertas a una luz que calma al bullicio,
es inútil dormir sin notar el precipicio....
La impaciencia sigue igual, peor, como al principio.
Mil ideas que de pronto voluminizan laberintos,
flácidos....
una historia más que nace al cerrar mis párpados...
Se repite a la vez la veintiúnica canción que me libra del espanto...
se hace eco en la habitación, (o como se llame, cuarto)
y me ahoga voluptuosa entre sábanas líquidas,
para no escuchar de mí misma
por enésima vez, mi llanto.
Suena el miedo por todos mis brazos,
los que tengo y los que ansío para taparme de cantazo
y volverme carbonato...
esconderme hasta del aire.
No hay paz que me aquiete los latidos,
no hay campo de visión ni punto fijo.
No soy yo, sencillamente, es un delirio..
tan real como nacer sabiéndose nacido,
no poder escapar,
dar vueltas en el mismo sitio,
donde nunca acabas de llegar y de donde nunca te has ido.
Todo puede pasar, en tu cabeza opina un gentío.
Dormir es una guerra que se gana con hastío.
La suerte de vencer sabiéndote cobarde...
Cada noche de ahora es un punto que olvido cuando acaba.
Y no quiero que llegue la noche,
ý no quiero que me toque dormir.
El miedo, es la pudrición que me da frío, me da calor
y me endroga de desvelo.
El miedo es sin razón,
la única razón para seguir sintiendo miedo.
Y yo no quiero
y me da más miedo...
Caer en la tentación de no querer entrar en razón
y acabar de una vez su juego.
Pero no puedo.
ni quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario