martes

Poesía Para Eren (Sobre la Muerte de los coquíes)

Coquí...

Coquí...

Coquí...

canta un sapito pequeño y gris
pasa un chango canceroso
con el pico de alfiler
y le dice, oiga usted
por qué está cantando aquí?

sorprendido el coquí,
le explica con desespero
el campo me queda lejos,
ya no tengo a dónde ir..

así que coquí coquí
canto en la noche y te desvelo
soy frío y me tienes miedo
porque yo no te tengo miedo a tí
coquí coquí coquí
también soy altanero
me creo lo más boricua del mundo
y no me callo la boca
jodia changa tú estás loca
soy más puertorro que tú
en cuanto apagues la luz
me treparé en tu ventana
y estaré hasta la mañana
cantando mi verso campesino..

el chango salió asesino
y lo mató con las patas
lo picoteó hasta callarle la boca
y se lo tiró a las ratas
se fué pa la casa gritando
así como gritan los changos...
con cara de paloma barata,
se sacudió en un charquito las patas
y se fue a volar los edificios..

Valiente coquí fue el sacrificio
a la reina ciudad asquerosa...
no vuelva a aparecerse en la loza!!!
rana gris de corta estatura
que me hace perder la cordura
y volverme matón a sueldo..


el chango ... en un árbol de Baldrich....
comenta...
todavia yo me acuerdo...
de como gritaba ese pendejo..
coquí coquí coquí...

si ese anormal vuelve por aquí..
obligao que lo despellejo.

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