miércoles

La vida sexual de las costureras (sin usar la palabra aguja)

Arriesgame al viento
y lanzame a ser tejida.

Aullan tu cursi pretexto, tu inconforme cancion
y los fragiles vestidos que arrojas al encuentro.

Cuando tropiezen inclementes
las palabras que te buscan,
susurrales al oido que te deseo maliciosamente,
que se iluminan las puntas de mis dedos con el eco de tu nombre,
que me quedo embelesada explorando tu peligro;
que tu mania de gesticular es mi porvenir.

En ese perforado instante,
mientras sacudia los hilos pegados a mi falda
(feroces, como perfume de otra persona)
supe que yo te recuerdo asi:
mancha de la taza de cafe en mi mesa.

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